A poco que alguien me pregunte si prefiero un portátil o una tablet para trabajar y cuál me gusta más más pronto que nunca sale a relucir el tema de la convergencia (por fortuna ya no me toca definirlar ¿o si? 😏)
Vaya por delante que, para trabajar prefiero un ordenador (sí o sí) por múltiples motivos pero, fundamentalmente por comodidad a la hora de hacerlo (no quiero acabar con las manos en forma de “garra” o todo encorvado por tratar de hacerlo en cualquier sitio que no sea una mesa de trabajo como es debido 😉 )
Inmediatamente después de sentar las bases de cómo me gusta hacerlo comienzo a relatar (a todo aquel que tiene la paciencia de aguantar hasta ese punto) lo que realmente sería para mi un sueño, lo que considero verdaderamente ideal…
…yo lo que realmente querría es llegar a casa o a la oficina (aquí es cuando saco el móvil del bolsillo y lo coloco sobre la mesa obstensiblemente) y proyectar mi móvil (idealmente sin tener que conectarlo a ningún sitio, si acaso un “dock”) sobre una pantalla grande (televisor del salón, monitor de mi mesa de trabajo, proyector de clase, …) para con el teclado y ratón que tenga allí, poder empezar a trabajar sin necesidad de equipo adicional.
El motivo es sencillo, a día de hoy, mi móvil tiene la suficiente potencia como para gestionar las aplicaciones de ofimática (y mi IDE de desarrollo no deja de ser otra) que uso habitualmente y es en el teléfono donde tengo la mayor parte de la información que necesito (contactos, eventos de calendario, fotografías realizadas a documentos y/o paisajes, …)
¿Un sueño lejano?
Hasta la fecha la única que parecía apostar por la convergencia (mi visión de convergencia quizás pueda ser la versión 2.0 de lo que a día de hoy se está intentando implementar) era Canonical con Ubuntu, su Unity y los osados teléfonos móviles que apostaron por ella (bueno, Microsoft también ha hecho sus pinitos pero de ella no hablo 😜 y tampoco ha avanzado más que Canonical) pero, por desgracia (y que conste que abandoné Ubuntu por culpa de Unity y su incómoda propuesta) ha anunciado que volverá al redil de GNome dando al traste con las posibilidades de ver alguna solución en el medio plazo (¿sentencia de muerte para Ubuntu Phone y Ubuntu Touch?)
Por fortuna (aunque va lenta, oficialmente sólo soporta actualmente a Nexus 5 y Nexus 7 y no cuenta con los mismos recursos que Canonical) sigue existiendo en el mercado Maru OS (del que ya os hablé en su día) que a pesar de requerir el uso de un cable (¿para cuándo un dock?) permite tener, usando tu propio celular, dos escritorios (táctil y de escritorio) en función de dónde vayas a trabajar (sobre la pantalla de tu teléfono o en tu monitor de trabajo habitual)
¿Un nuevo actor a escena?
La filtración del cambio radical que va a sufrir Android (indicándose incluso que dejaría de estar basado en Linux para utilizar LittleKernel, un microkernel diseñado para el Internet de las Cosas) con la publicación de la nueva versión de su sistema operativo para dispositivos móviles (incluidos portátiles si tenemos en cuenta los ChromeBooks) hace soñar con la posibilidad de que la convergencia pueda ser una realidad en el medio plazo.
Personalmente no me “rindo” y, al igual que cuando al salir al mercado discutía con mis gerentes de cuenta y compañeros que no me compraría una PDA (por muy útil que fuese) hasta que no me sirviese también para realizar llamadas (me negaba a llevar dos “cacharros” en los bolsillos) y al final aparecieron los smartphones 😉 ahora sigo pensando que algún día podré proyectar el ordenador que todos llevamos en el bolsillo en una pantalla decente en la que poder trabajar cómodamente ¿no os parece? 🤔
Y que conste que no estoy hablando de “soluciones pedestres” como ésta 😂
Y tú…
- ¿Eres de dispositivos portátiles o de ordenadores de sobremesa a la hora de trabajar?
- ¿Te gustaría poder proyectar tu móvil para poder trabajar como si fuese un pc?
- ¿Cómo esperas que sea Google Fuchsia?
- ¿Puede ser la alternativa a la poco apoyada convergencia?
- ¿Conocías Maru OS?
- …