En los últimos años me ha tocado ver como se han creado y desarrollado multitud de grupos, colectivos y asociaciones. Han podido ser más o menos informales pero formadas principalmente por personas voluntarias. Personas que teníamos algún objetivo común y que compartíamos una forma de ver la vida, crear, luchar o reflexionar parecida. Pero también me ha tocado ver como muchos se han ido rompiendo, deshaciéndose, hundiéndose… y aún sabiendo que es una dinámica normal, he notado que hay una debilidad común en muchas de estas desapariciones.
Todos los grupos necesitan cierta estructura y ciertos trabajos estructurales. Trabajos normalmente invisibles, organizativos, que suelen ser de cuidados, recoger actas, organizar reuniones, preocuparse de la comida, limpieza, papeleos, mantenimiento de webs, listas de correos, coordinación etc. Trabajos no valorados, pero que en caso de no hacerse, se exigen y suelen crear problemas.
¿No hemos hecho la memoria anual? ¿Y por eso no nos dan la subvención? (van a dejar a dos personas sin sueldo por no cumplir con eso?)
Oye… la web lleva caída/sin actualizar varios meses! Esto no puede ser! (yo es que no tengo ni idea de informática)
¿Tenemos pasta? es que he comprado pintura para la pancarta y…. (paso del tema económico, es que yo los números…)
¿Cómo que no tenemos un lugar para reunirnos? (yo voy a dónde me digan, eh!)
Eso ya estaba decidido! ¿Quién cogió el acta de la última reunión? (yo no, que estaba hablando todo el tiempo)
El otro día leyendo a Geoffroy Couprie en un artículo titulado FOSS is free as in toilet hacía una interesante analogía con los baños. Geofroy comentaba que los baños tienen que limpiarse, que nadie viene a limpiarlos mágicamente. Todo el mundo quiere que los baños estén limpios, tengan papel y huelan bien. Y cuando no es así en seguida nos quejamos por ello.
Pero en cambio, hay muy pocas personas que les guste hacer este trabajo, además de que no suele ser muy reconocido. ¿Si todas estamos de acuerdo en que es necesario que los baños estén limpios por qué no le damos la importancia que tiene? A veces puede ser simplemente reconocer esa labor, visibilizarla. O valorarla. Se puede valorar de muchas formas, depende del grupo e incluso se puede hacer de forma monetaria como comentaba el autor del artículo, más centrado en el mundo del Software libre y de código abierto.
A todas nos gusta formar parte de algún grupo, decir soy parte de “xxxx” . Que nos llamen para dar charlas, que nos valoren por pertenecer a “xxxx” . Creo que es normal sentirse orgullosa de pertenecer a algo. Pero también creo que cada vez somos más individualistas. Que tenemos metida en nuestra cabeza la mentalidad del vendedor-cliente. Que la participación es siempre cuando yo puedo y cuando yo quiero. Que nos cuesta entender que para ser parte de un grupo o colectivo, hay cosas básicas que tenemos que cuidar. Que es necesario cuidar lo que ha sido creado por otros. Que la estructura es muy importante, y esas personas que cuidan de la estructura merecen un respeto y un reconocimiento.
Por que si no, pasa lo que vengo observando: las personas que cuidan de la estructura se queman y dejan el colectivo o el proyecto. Y toda la estructura va cayendo como un castillo de naipes. A no ser que otra persona se vuelva a inmolar en cuyo caso, hay un extra más de tiempo hasta que se vuelva a quemar y volvamos al castillo que vuela al primer soplido.
Así que desde aquí os animo a todas las lectoras a:
1. Echar un vistazo a vuestro alrededor, a mirar en qué colectivos/proyectos/asociaciones participáis,
2. Pensar cómo es posible que se hagan todas esas cosas tan maravillosas ( o chapuceras, pero con cariño 😉 ) y pensar quién puede estar detrás de todo ello,
3. Agradecer a las personas que lo hacen, y echarles una mano.
Evitemos que tantas ideas, experiencias y luchas que necesitan de colectivos para navegar se queden en dique seco!
Bolas extras:
1.- “La gestión emocional en el activismo social” que podéis encontrar en la revista Ekintza Zuzena.
2.- “La militancia en la era de la obsolescencia programada” que podéis encontrar también en la revista Ekintza Zuzena.